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Naranjo, el vino naranja que viene desde Chile

Ubicado a unos 150 kilómetros al sur de la Región Metropolitana de Chile, el Valle de Colchagua es una de las zonas vinícolas chilenas reconocidas especialmente por sus varietales tintas. La zona del Valle de Colchagua, palabra que significa «lugar de pequeñas lagunas» fue el límite sur del imperio Inca y, posteriormente se convirtió en la zona en la que las familias más poderosas del país construyeron grandes mansiones, algunas de las cuales incluso siguen en pie.

Colchagua es uno de los valles transversales de la zona central de Chile, cuyas tierras están bañadas por las aguas del río Tinguiririca y donde se ubican las ciudades de San Fernando y Santa Cruz, dos de las más importantes de la Sexta Región, y algunas localidades de gran interés turístico, como Chimbarongo, Lolol o Pichilemu.

El Valle de Colchagua se caracteriza por la excelente calidad de su tierra, un micro clima perfecto para el cultivo de uvas como la Cabernet Sauvignon, que representa una parte importante del total de viñedos del valle, además de la Carmenere.

El clima mediterráneo de Chile presenta unos veranos cálidos y secos y unos inviernos fríos y lluviosos que tanto gustan a los viñedos. La temporada de crecimiento es generosa en días soleados y con grandes cambios térmicos entre el día y la noche. Los viñedos están fuertemente influidos por el efecto refrescante del Océano Pacífico y la Corriente de Humboldt. Ésta se origina en las heladas aguas cercanas a la Antártida y se desplaza hacia el norte a lo largo de la costa occidental de Sudamérica. El efecto del choque de la corriente de Humboldt con la línea costera del norte de Chile produce nubes y niebla. Sin embargo, se producen escasas o nulas precipitaciones.

Una geografía única y barreras naturales, tales como el Desierto de Atacama en el norte, la Cordillera de los Andes en el este, los Campos de Hielo Patagónicos y la Antártida en el sur, y el Océano Pacífico y la Cordillera de la Costa en el oeste, protegen los viñedos chilenos de enfermedades y dan origen a un amplísimo abanico de tipos de suelo. Este vasto mosaico de terruños hace posible la elaboración de una gran diversidad de vinos.

Es esta región de Sudamérica también propicia para sufrir terremotos, dado el desplazamiento de las placas tectónicas de la zona. Un terremoto es siempre sinónimo de destrucción. Vemos imágenes en la televisión de cómo quedan las ciudades, los pueblos, las carreteras tras sufrir sus efectos. Sin embargo, en algunas ocasiones, si bien las menos, tras un terremoto surge algo nuevo. Y esto es lo que ocurrió en Chile en febrero de 2010. La casa familiar de los padres de José Ignacio Maturana, de más de cien años de antigüedad construida con las técnicas antiguas de barro y teja chilena, quedó completamente destruida. Fue entonces, cuando hubo que empezar desde cero, la vida como familia cambió y se decidieron por elaborar vinos de alta gama. Así surgió Maturana Wines.

Bajo esta etiqueta, José Ignacio Maturana, ingeniero agrónomo y uno de los enólogos más reconocidos de Chile, elabora un vino llamado MW Maturana Wines, un ensamblaje de Carmenere (80%) y Cabernet Sauvignon (20%) cuyas uvas provienen de la localidad de Marchigue en el Valle de Colchagua, zona donde la Carmenere ofrece un gran resultado. Las uvas de este vino se vendimian y despalillan a mano y se fermentan en pequeños depósitos para poder resaltar las características propias de la uva y su origen. Se realiza una crianza del 20% del vino en huevos de hormigón y posteriormente en barrica francesa de 500 litros nueva y el resto en barrica de 300 litros de segundo y tercer uso durante un periodo total de 14 meses. Después del embotellado se deja el vino reposando durante un mínimo 14 meses más. Otro vino que hacen es Lucas Maturana Wines, un monovarietal de Cabernet Sauvignon proveniente del Valle de Colchagua que es envejecido en barrica francesa durante 10 meses.

José Ignacio tiene otra línea de vinos que provienen de viñedos de más de 70 años y todos los trabajos se hacen a mano y bajo las normas ecológicas. Solo se agrega una pequeña dosis de sulfuroso en el momento del embotellado para así poder proteger y mantener el vino. Estos vinos se fermentan con sus levaduras nativas y sin agregar ningún aditivo enológico. Lo más importante de estos vinos desde nuestro punto de vista es que son Vinos Naranja, vinos cuyo mosto macera con sus pieles durante un periodo de tiempo:

Semillon Maturana Wines es un monovarietal de Semillon. El 20% del vino fermenta con sus pieles durante tres meses y medio. El resto fermenta como blanco tradicional. El viñedo se encuentra en la zona costera de Paredones.

Naranjo Maturana Wines es un monovarietal de Torontel macerado con sus pieles durante seis meses y medio. La fermentación de este vino es en barricas abiertas. El viñedo se encuentra en Loncomilla, en el Valle de Maule.

En 2011 José Ignacio y su familia crearon la marca Puente Austral Wines, en el Valle de Colchagua. Bajo la misma elaboran diferentes vinos con variedades internacionales como Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Carmenere y Merlot, distribuidos en la Línea de Entrada, Selección, Reserva Privada, y un Gran Reserva de Cabernet Sauvignon y Merlot. También hace un espumoso con Pinot Noir y Chardonnay.

Pronto hablaremos con José Ignacio Maturana acerca de sus vinos y su filosofía vitivinícola.

Fotos (c) Maturana Wines

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Azienda Agricola Zidarich, la Vitovska que muestra el carácter del Carso

En nuestros viajes a la región italiana de Friuli-Venezia Giulia hemos descubierto algunos productores que elaboran vinos extraordinariamente maravillosos con las variedades de uva locales. Hemos descubierto estupendos Pinot Grigio y Sauvignon en Gorizia, Ribolla Gialla en Oslavia y Malvasia en San Michele del Carso. Yendo un poco hacia el sureste se llega a la tierra donde la Vitovska alcanza su cenit. Aquí, en el Karst, esta variedad local destaca gracias a sus mejores productores como Beniamino Zidarich. La suya es una pequeña bodega fundada en 1998 que produce alrededor de 20.000 botellas al año. Beniamino comenzó con media hectárea de viñedo y la expandió hasta las actuales 8 hectáreas que posee.

Azienda Agricola Zidarich se encuentra en la ciudad de Prepotto, donde una fina capa de suelo de piedra caliza roja cubre una estructura de piedra, que requiere una enorme cantidad de esfuerzo y recursos para trabajar con ella. El área está a menudo afectada por el frío y violento Bora, un viento local que a menudo supera los 120 km/h. Aquí el clima es continental y se beneficia de la brisa suave que sopla desde el Mar Adriático y la protección de los Alpes Pre-Julianos. Las vides están plantadas a una altitud de 280 metros sobre el nivel del mar, utilizando los métodos Guyot y Alberello y con una densidad de 8.000 a 10.000 plantas por hectárea, que producen alrededor de 50 quintales de uva. Los viñedos son bastante pequeños, pero cultivados con la máxima atención, concentración y cuidado.

Zidarich tiene una bodega subterránea de 1.200 metros cuadrados tallada el equivalente de cinco pisos por debajo de la roca. Se compone de una sala de envejecimiento, salas de almacenamiento, áreas de trabajo y una sala de degustación en la planta superior con vistas a los viñedos de los alrededores y el mar en la distancia.

Como nos apasionan los vinos blancos de Friuli, no podemos dejar de hablar de los vinos de Beniamino Zidarich especialmente por el gran trabajo que hace con la Malvasia y la Vitovska.

Con la Vitovska elabora un IGT Venezia Giulia llamado Green Vitovska que fermenta y macera con sus propias pieles en cubas abiertas sin control de temperatura y sin el uso de levaduras nativas. Luego se pasa a grandes toneles de roble de Eslavonia durante 13 meses.

El Vitovska es también IGT Venezia Giulia. La diferencia con el primero es que en lugar de 13 meses en roble permanece 24 meses.

El Vitovska Collection V. viene a continuación, el vino Reserva. El número V (5) se añadió a la etiqueta porque representa la armonía y el equilibrio en la numerología cósmica. Este vino sólo se hace en años excepcionales. Las uvas fermentan y maceran sobre las pieles durante 20 días y luego el vino permanece cuatro años en barricas de roble de Eslavonia. El vino es particularmente especial con un sabor mineral y equilibrada acidez.

Vitovska Kamen. Kamen significa piedra, y ahí es donde este vino hace su crianza. Zidarich posee una cuba de piedra hecha de 5 pedazos diferentes donde la fermentación y la maceración ocurren. El mosto macera con las pieles durante unos 18 días, tras lo cual el vino es transferido a barricas de roble para el proceso de envejecimiento.

Realmente un trabajo excepcional con la varietal local Vitovska.

El Malvasia DOC Carso es otro de los grandes vinos de Zidarich. Después del despalillado de las uvas, el mosto macera y fermenta sobre las pieles en cubas abiertas sin control de temperatura y utilizando levaduras nativas. La fermentación maloláctica tiene lugar en grandes barricas de roble y el envejecimiento se realiza en barricas medianas y grandes de roble de Eslavonia durante dos años.

Prulke IGT Venezia Giulia es el coupage blanco de la bodega, elaborado con un Sauvignon 60%, Vitovska 20% y Malvasia 20%. El vino permanece dos años en barricas de roble de Eslavonia en la bodega antes de ser lanzado al mercado.

Con las uvas tintas Zidarich produce también vinos muy interesantes. La variedad local Terrano-Teran es la reina, con un monovarietal IGT Venezia Giulia con 20 meses de roble. Zidarich Rosso es una mezcla de Merlot 40%, Terrano 40% y Refosco dal Peduncolo Rosso 20%.

El otro coupage tinto es Ruje, IGT Venezia Giulia, en este caso Merlot 90% y Terrano 10%. El envejecimiento es en barricas pequeñas, medianas y grandes de roble de Eslavonia durante dos años, seguido de un año en botella.

Y si crees que no hay nada más, pues no, todavía hay más. También tenemos un spumante producido con Teran. Zi-Da. El vino tiene una segunda fermentación en botella y permanece en el sótano roble de Eslavonia durante un año.

Pronto hablaremos con Beniamino Zidarich sobre sus vinos y su filosofía vinícola.

Fotos (c) Azienda Agricola Zidarich

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Abel Mendoza, la historia de un luchador

Publicado originalmente en miamigoelvino.com el 17/08/2017

Esta es la historia de un luchador. No de un luchador al estilo de esos de pantalones cortos y guantes, sino de esos que están fajándose día a día para sacar adelante sus proyectos, sus sueños, su vida. A veces pensamos que las personas que se han hecho un nombre en su profesión lo tienen todo más fácil, que sus días de lucha han quedado atrás en las calles de la memoria. Lejos de esa situación, a veces son esas mismas personas las que deben seguir luchando, no solo por ellos sino por lo que vienen detrás.

Ese luchador es Abel Mendoza.

Abel es de esas personas que llevan años haciendo lo que más les gusta, persiguiendo su pasión día tras día. Antes de él su padre se dedicaba al vino, y antes de él lo hacía su abuelo. Siempre trabajando en las viñas como había que hacerlo. Cuidando la vid, cuidando la uva, con la menor intervención posible para que dé de sí lo mejor posible. Porque lo que a Abel siempre le ha importado es que la uva exprese el terreno del que viene y muestre la diferencia entre parcelas. Y porque el vino se hace en la viña y ahí es donde hay que trabajar más, siempre con las manos desnudas.

La de Abel es una lucha constante por hacer el vino que le gusta, pero sobre todo por hacerlo del modo en que sus antepasados lo hacían, porque esa ha sido siempre la manera de hacerlo y si bien en la actualidad hay otras maneras de hacer vino, de lo que se trata es de que nadie prohíba las cosas que siendo buenas y correctas siempre han funcionado. Por otra parte, un artista como Abel tiene, por decirlo de alguna manera, su público, aquellos a los que sus vinos les tiene enamorados. Y no son pocos. O somos, porque lo que queremos es que los vinos de Abel sigan siendo como hasta ahora, los vinos de Abel, y no otro vino más como el del vecino de al lado o el del pueblo de al lado. La homogeneización nunca es buena, y mucho menos cuando hablamos de vinos de autor como los que Abel hace.

Abel y su pareja Maite tienen 20 hectáreas de viñedos repartidas en 42 pequeñas parcelas que se ubican en tres pueblos protegidos por la Sierra Cantabria: San Vicente de la Sonsierra, Ábalos y Labastida. Prácticamente todas las parcelas están plantadas según el modo tradicional, con diferentes variedades juntas. En alguna parcela hay cuatro variedades, en otras hay hasta seis, blancas y tintas juntas. En algunas las variedades están mezcladas en las hileras, en otras cada hilera es una variedad, así que cuando llega la vendimia hay que estar muy atento mirando cada vid para ver si sus uvas ya están listas para recoger o por el contrario hay que esperar. Abel tiene quien haga la vendimia sabiendo lo que hay que hacer, pero él también está presente para la última decisión.

En estas parcelas Abel tiene cinco tipos de suelo. Los hay arenosos, de arcilla roja, pedregosos… y todos mostrando su propio carácter. En las afueras de San Vicente hay una pequeña parcela que desde hace unas pocas añadas Abel trabaja en biodinámico haciendo un vino completamente natural. Como él mismo dice: “De la cepa a la copa”. Es una parcela Tempranillo 100%, de las pocas que tiene monovarietales, y el vino que ofrece es una maravilla. Guardaviñas 2015 es el que tuvimos ocasión de probar. Un vino muy elegante y muy equilibrado, y también muy fácil de beber. Es una prueba que Abel hace para ver cómo reacciona esta parcela al trabajo natural siguiendo las fases de la luna. Y por lo que hemos podido comprobar, la prueba es todo un éxito.

Bodega Abel Mendoza Monge es una bodega conocida pos su vinos tintos, como el Selección Personal o el Grano a Grano, pero si hay algo que merece mucho la pena descubrir es sus vinos blancos. Que los tiene, y muy buenos. Exactamente elaboran 6 vinos blancos. Cinco son monovarietales: Turrontés, Malvasía, Garnacha Blanca, Tempranillo Blanco y Viura. Luego tenemos un ensamblaje de todos ellos: Abel Mendoza 5V. La vinificación de los monovarietales es muy similar, con una crianza en barricas nuevas de roble francés durante cinco meses. Tuvimos ocasión de probar su Turrontés 2016. Fascinante, un vino muy sabroso del que elaboran alrededor de 2.000 botellas al año, como los demás vinos blancos.

Lo cierto es que fue un gran rato con Abel y con Maite porque nos hicieron ver las cosas desde otro punto de vista y con más perspectiva de lo que estamos acostumbrados. Habló, contó, explicó mucho y eso siempre es de agradecer. Maite fue una gran anfitriona también, con su amabilidad y hospitalidad durante nuestra visita.

Resulta muy sencillo opinar de lo que tienen que hacer los demás desde detrás de un ordenador pero sin duda alguna, personas como Abel Mendoza y Maite son quienes hacen que el mundo del vino siga vivo y que siga mereciendo la pena disfrutar de su trabajo, por mucho que ello les obligue a seguir luchando día a día por conseguirlo. Solo podemos animarles a seguir así, en su lucha y sin que cejen en su empeño. Al fin y al cabo, no es de lo que se trata la vida?

Azienda Agricola Occhipinti, vinos naturales en Sicilia

La Ruta 66. Si hay una carretera emblemática, esa es una que todos conocemos. Desde Chicago a Los Ángeles, cruzando los Estados Unidos en un Cadillac rosa o en una Harley Davidson Electra Glide. Probablemente el viaje por carretera que más veces se ha planeado o soñado jamás. The Main Street of America es una ruta no demasiado antigua, asfaltada durante el siglo XX para permitir el viaje por carretera de una costa a la otra. En los años 1950 y 1960 adquirió su actual aura icónica, aunque hoy en día sólo sobrevive en pequeñas parcelas de asfalto, ya que ha sido desviada o cubierta por carreteras más grandes y más anchas.

Icónica o no, la Ruta 66 tiene apenas unas décadas de existencia. Hay otras carreteras, quizás no tan famosos, pero también importantes debido a su significado. En Sicilia, Italia, hay otra ruta que, en contraste con la de los Estados Unidos, se hizo por primera vez como un camino estrecho de piedra hace tres mil años. Una carretera que conecta Gela con Kamarina pasando por las colinas de Cerasuolo di Vittoria y desde Caltagirone continua hasta Catania y Lentini.

Esta carretera es la SP68. Uno podría pensar que no hay nada especial en ella, pero si sabes algo acerca de vinos de Sicilia, entonces conocerás esta carretera. Atraviesa el distrito de Fossa di Lupo, donde se encuentra una de las bodegas más especiales de esta isla: Azienda Agricola Occhipinti, donde su propietaria y enóloga Arianna Occhipinti produce vinos conocidos en todo el mundo.

La Azienda Agricola Occhipinti se encuentra en la esquina sureste de Sicilia. El primer viñedo adquirido por la bodega está en C. da Fossa di Lupo, seguido de otro viñedo más, Bombolieri, en 2012, ubicado a lo largo de la Ruta Comarcal SP68. Es un viñedo con un suelo de piedra caliza y con vides de veinte años de edad. Bombolieri era un viñedo abandonado que Arianna recuperó desde cero. De esta manera, el tener que trabajar desde la base y junto a su tío, Giusto Occhipinti, propietario de la Azienda Agricola COS, aprendió la forma correcta de trabajar los viñedos y la elaboración del vino. Siempre trabajó de una manera natural, aunque sus vinos no están certificadas como vinos naturales, ya que cree que “un vino natural es como pienso de mí misma, eso es lo que soy. Viene de mi sensibilidad hacia las cosas verdaderas y de mis gestos, de mis apasionados cuidados. Un vino que, en su armonía y aspereza, habla de la tierra de donde viene y de mí misma. Es por eso que creo que el vino natural, además de ser un buen vino, es también un vino humano”.

Arianna trabaja sólo con uvas autóctonas: las variedades tintas Frappato y Nero d’Avola y las variedades blancas Moscato de Alessandria y Albanello.

El Frappato es un monovarietal Terre Siciliane IGT. 30 días de maceración con las pieles. Una parte permanece en hormigón y otra parte en grandes barriles de roble de Eslanovia de 25hl durante 12 meses. Después permanece un mes en la botella.

Siccagno es un monovarietal Terre Siciliane IGT. 30 días de maceración con las pieles. La crianza es de 22 meses en grandes barriles de roble austríaco de 30hl y dos meses adicionales en botella.

Usando Frappato y Nero d’Avola Arianna produce Grotte Alte, un Cerasuolo Di Vittoria DOCG. Después de 30 días de maceración con las pieles, el vino envejece durante 32 meses en grandes barriles de roble de Eslanovia de 25hl y cuatro meses adicionales en botella.

La designación de la Ruta Comarcal SP68 es el nombre que Arianna utiliza para sus dos ensamblajes que en vez de en barriles de roble se crían cubas de hormigón. Ambos son Terre Siciliane IGT. SP68 Bianco utiliza Moscato de Alessandria y Albanello y SP68 Rosso se elabora con Frappato y Nero d’Avola. Después de 15 días de maceración con las pieles, el vino se mantiene en cubas de hormigón de 85hl donde permanece durante siete meses. Después de este período, el affinamento en la botella tiene una duración de un mes.

Arianna también produce un Passito Terre Siciliane IGT con Nero d’Avola cuyo nombre es Passo Nero y una Grappa di Frappato.

Como dijimos anteriormente, todos los vinos provienen de agricultura orgánica y el máximo respeto por la biodiversidad de la tierra. Arianna cree “en una relación respetuosa con la tierra: un contacto directo que se convierte en profundo conocimiento. Pienso que hay un equilibrio, el de la naturaleza, que hay que respetar en cada gesto: desde el cultivo y la poda, que debe ser ordenada y limpia, hasta el procesamiento del fruto. Equilibrio que se puede resumir en las siguientes palabras: una buena uva produce un buen vino “.

Pronto hablaremos con Arianna sobre sus vinos y su filosofía vinícola.

Fotos (c) Azienda Agricola Occhipinti

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Vinos naranja, ¿una nueva clase de vinos?

Los vinos blancos son esos elaborados con uvas blancas que, en general, según se vendimian, se prensan, fermentan y pasan a depósito.

Los vinos tintos, a su vez, se maceran con sus pieles para que adquieran color, taninos, textura, etc., durante un periodo de tiempo que oscila entre las dos y las cuatro o cinco semanas. Todo esto, en términos generales, por supuesto.

Los vinos rosados se elaboran con uvas tintas y su periodo de maceración con las pieles para que coja algo de color puede ser de apenas unas horas, si bien hay casos en los que este tiempo de maceración es de tan solo once minutos.

Esto quiere decir que para que digamos que un vino es rosado solo se necesita un breve periodo de tiempo de maceración, aunque este tiempo sea solo de  hasta 11 minutos, casi lo que se tarda en introducirlo y sacarlo de una cuba.

Entonces, por qué un vino elaborado con uvas blancas que se macera con las pieles para que adquiera color y taninos, entre otras cosas, sigue llamándose vino blanco aunque el periodo de maceración sea de días, semanas o incluso meses? Realmente no estamos ante una clase de vino que debería tener su propio nombre? Si desde hace muchos años este tipo de vino se ha conocido como vinos naranja o vinos ámbar, no es hora ya de que nos refiramos a ellos por su nombre, y no vinos-blancos-elaborados-con-un-mayor-tiempo-de-maceración-con-las-pieles?

Imagina que alguien va a un restaurante, pide un vino blanco y le sacan uno de estos vinos? Cómo se sentirá? Pensará que le están engañando? No va a ser su típico vino blanco que puede encontrar en el supermercado o cuando va de tapas por ahí. Es un vino de un perfil muy diferente. No debería llamarse por otro nombre?

En vista de la situación actual del mercado vinícola, donde cada vez hay más diversidad de elaboración y de vinificación, estamos en un momento en que los tres tipos de vinos referidos: blanco, rosado y tinto, no abarcan toda esta diversidad. Cada vez hay más vinos elaborados bajo modelos ecológicos, naturales y biodinámicos. Cada vez hay más vinos elaborados en ánfora o tinajas. Y cada vez hay más vinos blancos elaborados con largos periodos de maceración con las pieles.

Donde está la frontera del periodo de maceración pelicular? Algunos lo sitúan en cuatro días, pero si un vino rosado ya se llama así tras solo 11 minutos de maceración, por qué hay que esperar más tiempo para un vino naranja? Y aunque digamos que hacen falta uno o más días, por que

Creo que ya es hora de que empecemos a llamar a los vinos naranja por su nombre, ya sea Orange Wines o Vinos Naranja, pero está claro que lejos de ser una moda pasajera como algunos dicen, este estilo de elaboración está aquí para quedarse. Cada vez hay más productores de vinos naranja, no solo en regiones vinícolas pequeñas como Terra Alta o Ávila, sino en zonas como La Rioja o el Penedès. El tiempo en que un vino naranja no está identificado en una tienda o carta de vinos , o está incluido al final de los vinos blancos ha pasado. Los vinos naranja son ya una categoría por sí mismos.

Foto © Azienda Agricola Zidarich

Verónica Ortega, la Mencía de Valtuille criada en ánfora


En OrangeWines nos gusta hablar de proyectos personales. Esos en los que la ilusión por hacer vino está por encima de muchas cosas. Donde la lucha, el tesón o tener las ideas claras son herramientas indispensables para conseguir lo que se quiere. Y sobre todo pasión, porque si hay algo que siempre buscamos es proyectos en los que se buscan límites, en los que se experimenta en busca de nuevas experiencias. Justo como hace Verónica Ortega.

Verónica es una gaditana que un día decidió poner su pasión en elaborar vino. Primero fue viajar para aprender y ver cómo se hacían las cosas en otros países. Tras afilar sus armas en diversas bodegas de Priorat, Francia (Borgoña), Portugal, Nueva Zelanda y Sudáfrica, volvió a casa, pero no para elaborar vinos en su Cádiz natal sino a la vuelta de la esquina, en el Bierzo.

Lejos de pasar de 0 a 100 en dos añadas, Verónica fue paso a paso, creciendo al ritmo con el que se sentía a gusto. Empezó en 2010 elaborando un Mencía 100% con uvas provenientes de dos parcelas situadas en Valtuille de Abajo. ROC hace su fermentación en grandes tinos abiertos de 4.000 litros y la crianza se lleva a cabo en barricas de roble de segundo y tercer uso.

Posteriormente añadió un segundo vino, también monovarietal de Mencía, con la añada 2013, con un carácter más joven y fresco y es en la actualidad su vino de mayor producción, 25.000 botellas en 2015. Este vino marcó en inicio de su trabajo con ánforas para la crianza de sus vinos. Quite hace la fermentación maloláctica en barricas de roble francés y en ánforas de barro de 800 litros de capacidad. El posterior envejecimiento es de siete meses en barrica francesa de segundo a cuarto uso y en las mencionadas ánforas.

Dos años más tarde Verónica incorporó el primer blanco, Cal, un Godello, cuya particularidad es que proviene de un viñedo situado sobre una antigua mina de cal. Este vino macera con las pieles durante una noche. En su primera añada, Cal tenía una distribución para hacer la crianza de 2/3 en ánfora y 1/3 en barrica nueva. Con la segunda añada, 2016, el ensamblaje es al 50%, aunque las proporciones se pueden modificar si el resultado es más equilibrado y elegante.

En este 2017 Verónica añade dos vinos más a su bodega. Un Mencía nuevo, llamado VO Versión Original, procedente de la zona más baja de la parcela de Roc, con suelos más profundos. Es un 100% raspón, con un año de crianza en ánfora.

El segundo vino que se incorpora a la gama es VO Cobrana, un estilo muy ligero, de muy poca extracción, 100% raspón también y un porcentaje de uva blanca, criado en ánfora y barrica. Es una viña en el Bierzo alto, en Cobrana, con suelos de pizarra muy degradada en el que históricamente se han hecho vinificaciones mezclando toda la uva y de prensado directo. Es un vino muy fresco y sofisticado a la vez que sencillo y bebible.

Como vemos, Verónica utiliza ánfora en cuatro de los cinco vinos que elabora. Con ella hablaremos del motivo para usar ánfora y de cómo es su aproximación a su uso en cada uno de sus vinos así como sobre su combinación con la barrica.

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Ronco Severo, el maestro de la Schioppettino en Friuli

Stefano Novello es otro de esos productores de vino que creen que no están aquí para ser propietarios de la tierra, sino más bien para proteger y acompañar las uvas en su viaje desde el viñedo hasta la botella mientras se convierten en vino. También cree en la agricultura biodinámica, recolección manual de la cosecha y siempre embotellado bajo una luna menguante. Su bodega, Ronco Severo, heredada de su padre Severo Novello en 1998, está situada en el paraíso italiano de los vinos blancos, en Friuli-Venezia Giulia. La pequeña área en la se encuentra es Prepotto (Udine), una subzona de la DOC Colli Orientali Del Friuli conocida por sus maravillosos vinos tintos producidos con la variedad local Schioppettino. De ahí viene el nombre de los vinos procedentes de esta zona: Schioppettino di Prepotto.

Los vinos blancos de Stefano son también reconocidos, especialmente entre aquellos de nosotros que tenemos pasión por los vinos naranja, esos vinos con períodos más largos de maceración en contacto con las pieles. En esto destaca su Severo Bianco, un IGT Venezia Giulia elaborado con Chardonnay, Friulano, Picolit y Ribolla Gialla. Este vino tiene un periodo de maceración con las pieles de hasta 48 días.

Si has estado leyendo nuestra serie sobre las bodegas de la zona de Friuli, estamos seguros de que ya eres un experto en las condiciones que podemos encontrarnos aquí: la protección de los Alpes Pre-Julianos en la parte posterior, la brisa fresca y el viento Bora que llega del Mar Adriático en la parte delantera y el suelo de roca arenisca conocido como Ponca o Flysch que da tanta estructura y personalidad a los vinos. Stefano añade a esto una alta densidad en sus viñedos para hacer que las vides luchen por nutrirse, mientras mantiene una baja cantidad de fruta por vid, porque como él dice, «como mucha gente, las vides trabajan mejor cuando experimentan un cierto estrés.”

Estamos enamorados de la Ribolla Gialla, ya sea en vomo vino seco, macerado o espumoso o dulce, y Stefano lo elabora macerado. Tenemos fascinación por este estilo de vino, siempre con ganas de disfrutar de un buen Ribolla Gialla, pero lo que llama más nuestra atención es que Stefano cree que sus mejores vinos son los tintos, especialmente uno de ellos, Artiûl, un DOC Colli Orientali Del Friuli 100% Merlot. Y si nos gustan los vinos tintos, un Merlot es nuestro preferido. Y si nuestros sentidos no se estaban ya desbordando con su Severo Bianco y su Ribolla Gialla, nuestras papilas gustativas se disparan con su Schioppettino, ya que Stefano elabora uno del que todo su pueblo habla maravillas. Y como ya habíamos descubierto que la uva Schioppettino produce vinos exquisitos en esta zona, estábamos tardando en hablar con Stefano.

El Schioppettino (también conocido como Ribolla Nera) es una variedad tinta local del Friuli y esta zona de Prepotto cercana a Eslovenia es donde muestra su mejor carácter. Los registros muestran que ya era conocida en el siglo XIII. La Schioppettino es una de las tres variedades tintas locales más importantes, junto con la Pignolo y la Refosco dal Peduncolo Rosso.

La producción de Stefano se compone de un total de cuatro vinos blancos y tres tintos y todos salvo el mencionado Severo Bianco son monovarietales.

Ronco Severo Pinot Grigio. IGT Venezia Giulia. Pinot Grigio 100%. Después de la cosecha las uvas se dejan fermentar con las pieles durante aproximadamente un mes en cubas de roble troncocónicas, sin ningún control de temperatura y sin añadir levaduras no naturales. Una vez prensado, el vino permanece sobre las lías durante 23 meses en barricas de roble de Eslavonia de 20 hectolitros.

Ronco Severo Friulano. DOC Colli Orientali Del Friuli. Friulano 100%. Este vino permanece sobre sus lías 11 meses en barricas de roble de Eslavonia de 30 hectolitros, y se somete a bâtonnage cada 3 días. El vino envejece en los mismos barriles otros 12 meses.

Ronco Severo Ribolla Gialla Delle Venezie. Ribolla Gialla 100%. La maceración se hace junto con las pieles en tinas de roble troncocónicas de 10 hectolitros. Después de prensar el vino, este permanece sobre las lías 11 meses en barricas de roble de Eslavonia de 30 hectolitros y luego se cría en los mismos barriles durante otros 12 meses.

Severo Bianco IGT Venezia Giulia. Una mezcla blanca de Chardonnay, Friulano, Picolit y Ribolla Gialla. Después de un largo período de maceración con las pieles, el vino permanece sobre sus lías unos 23 meses en barricas de roble de Eslavonia.

Los tres vinos tintos que Stefano elabora son:

Ronco Severo Refosco dal Peduncolo Rosso. DOC Colli Orientali Del Friuli. Refosco dal Peduncolo Rosso 100%. Las uvas se someten a una larga maceración en las pieles con punch-downs frecuentes de la tapa. No hay control de temperatura y no se añaden levaduras extra y bacterias lácticas. El vino permanece en lías durante 2 años en barricas de roble eslavo de 20 hectolitros.

Ronco Severo Artiûl. DOC Colli Orientali Del Friuli. Merlot 100%. Stefano dice que este es quizás su mejor vino. Artïûl es el nombre, en Friulano, de la hierba recién nacida que crece en los campos después de la recogida del heno. Éste es el primer vino que elaboró cuando heredó la bodega de su padre Severo. Las uvas se dejan fermentar durante un largo periodo de tiempo con las pieles en cubas de roble troncocónicas, sin control de temperatura y sin añadir levaduras o enzimas seleccionadas. Después de la fermentación, el vino es levemente presionado y pasado a barriles de roble francés de 225 litros donde envejece 3 años. Un gran vino al estilo Bordelés, con mucha frescura y una vida larga por delante.

Ronco Severo Schioppettino. DOC Colli Orientali Del Friuli. Schioppettino di Prepotto 100%. La descripción exacta de acuerdo con las regulaciones del DOC dice: DOC Colli Orientali Del Friuli de la Subzona Schioppettino di Prepotto. Las uvas se someten a una larga maceración con frecuentes bâtonnage. El vino es prensado y pasado a barricas de roble. El vino permanece en sobre lías 30 meses en barricas de roble de Eslavonia de 20 hectolitros y se embotella sin filtración.

Pronto hablaremos con Stefano sobre sus vinos y su filosofía vinícola.

Fotos (C) Ronco Severo

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Elisa Scavino: «La belleza de Barolo está en la diversidad que ofrece»

Originalmente publicada en miamigoelvino.com el 22/07/2017.

Recientemente hemos hablado de la bodega Barolo Paolo Scavino. Teníamos pendiente hablar con su enóloga Elisa Scavino y aquí está nuestra conversación con ella.

Buongiorno Elisa, y muchas gracias por tu colaboración. En nuestro artículo, hablábamos de las Guerras de Barolo en lo que respecta al uso del roble para envejecer vinos. ¿Cuál era la posición de la familia Scavino entonces?

Me gustaría decir que mi familia y yo no estamos interesados ​​en esta «controversia del roble» que ha sido más respaldada por otros productores. El envejecimiento de los vinos en roble es uno de los innumerables aspectos del trabajo del enólogo. La región y los vinos de Barolo son apreciados debido a nuestras uvas autóctonas, particularmente la Nebbiolo, y a un territorio único y montañoso formado por diferentes microclimas y suelos, que se reflejan en sus vinos.

¿Qué tipo de barriles prefieres para tus vinos?

Realmente depende de la uva, del vino. Para nuestro vino blanco, Langhe Bianco Sorriso, elegimos el acero inoxidable, así como para nuestro Vino Rosso, Dolcetto d’Alba y uno de nuestros Barbera d’Alba. Utilizamos barricas de roble usadas durante seis-diez meses para nuestro Barbera d’Alba “affinato en Carati” y el Langhe Nebbiolo. Luego ambos pasan aproximadamente seis meses en acero inoxidable antes del embotellado. Para nuestro Barolo utilizamos barricas de 225 litros, barriles más grandes de 25-50 HL y acero inoxidable antes del embotellado.

¿Cómo balanceas el uso de barriles nuevos y usados?

Primero domamos el roble nuevo ya que no deseamos que haya mucha extracción. Sin embargo, es importante que el roble sea de excelente calidad para que interfiera lo menos posible con el delicado y complejo perfil aromático de la Nebbiolo.

¿Cómo son vuestros viñedos ubicados en Castiglione Falletto?

Castiglione Falletto es el pueblo al que pertenecemos y donde se encuentra nuestra bodega desde 1921. Disponemos de siete viñedos de esta zona que son “menzioni Geografiche aggiuntive”: Altenasso, Vignolo, Solanotto en el lado occidental del pueblo y Rocche Monriondino, Rocche di Castiglione y Pernanno en el lado oriental del pueblo. Castiglione Falletto está en el corazón de la región de Barolo y de esta comuna tenemos vinos de Barolo con personalidades bastante diversificadas, tanto de una viña como de las otras.

Y los viñeros de La Morra y Verduno?

Los viñedos de nuestra propiedad en La Morra son de la “menzioni Geografiche aggiuntive” Rocche dell’Annunziata, Bricco Manescotto y Annunziata adquiridos en 1990, 1992 y 1997. Entre ellos, Rocche dell’Annunziata es la de más alta elevación, aproximadamente a 340 metros. El viñedo está dividido en dos parcelas con exposición sureste con un suelo arenoso de muy ligero color y con una textura muy fina. El Barolo de este viñedo es estructurado y complejo en los aromáticos con una estructura en capas y taninos muy elegantes.

En el pueblo de Verduno, tenemos algo menos de una hectárea del viñedo Monvigliero, que puede considerarse como el Grand Cru del municipio. Aquí estamos en el extremo norte de la zona de cultivo Barolo en una colina con exposición sureste aproximadamente a 300 metros sobre el nivel del mar. El suelo es de color claro y bastante suelto. La proximidad al Río Tanaro, situado a menos de dos kilómetros de distancia, forma un microclima particular en esta viña. Esta colina, aunque bien soleada durante el día, siempre es acariciada por una fresca brisa nocturna que reduce la temperatura contribuyendo a la finura aromática y encanto.

¿Tienes un viñedo favorito para trabajar?

Me gusta estar expuesta a la diversidad que cada viña ofrece. Su ritmo es diferente, también lo son sus necesidades. Trabajar con cada viña me da una manera de tener una mejor comprensión de nuestro territorio.

¿Cuál de estos viñedos muestra mejor el verdadero carácter de un vino Barolo?

Cada viña da un Barolo diferente. No hay un viñedo que muestre más carácter Barolo que otro, en mi opinión, porque todos son expresión verdadera del territorio. La belleza de nuestra región está en la diversidad que ofrece al igual que cada una de las añadas.

Diferentes viñedos hacen diferentes vinos. ¿Cómo se muestra el carácter de cada parcela en los vinos?

Cada viñedo tiene un perfil ampelográfico único, cualidades físico-químicas, biodiversidad, microclima. De hecho, incluso si sólo observamos el perfil morfológico de nuestro territorio es perceptible el nivel de complejidad. Esto significa que cada viña le da a Barolo un perfil único de aromas y texturas, una personalidad única.

¿Cómo te gusta que tus vinos muestren su carácter?

Me gustaría que cada uno de nuestros Barolo muestre puramente el carácter de la uva Nebbiolo que es reconocible y distintivo de cualquier otra uva. Luego, por supuesto, las características del viñedo de donde proviene y la añada.

¿Qué hace que un Barolo de Paolo Scavino sea diferente de los demás?

He oído varias veces que algunos clientes afirman reconocer a los productores en una cata a ciegas. La contribución, la influencia del viticultor es un hecho y es esencial. Por lo general encuentro en nuestros vinos intensidad y complejidad en la estructura, limpieza, precisión en los aromáticos y elegancia. El Barolo se desarrolla bien con el paso del tiempo.

Tres de tus vinos Barolo Cru, Bric Dël Fiasc 2010, Bricco Ambrogio 2010 y Bricco Cannubi 2010 fueron escogidos entre los mejores Barolo de esa añada, incluyendo una puntuación perfecta para el Bric dël Fiasc. ¿Cómo se alcanza este nivel de excelencia para una bodega familiar?

Creemos que para hacer los mejores vinos se necesitan las mejores uvas y un viticultor sensible capaz de valorar lo que le ha dado la Naturaleza.

¿De cuál de tus vinos Barolo estás más orgullosa?

Estoy orgullosa de todos nuestros Barolo. Para mí, todos ellos tienen un valor especial por diferentes razones. Por supuesto el Barolo Bric dël Fiasc es la conexión con los orígenes de nuestra familia y no sólo me encantan sus cualidades, su elegancia y fuerza, sino que también me es particularmente querido por todo lo que significa y los recuerdos que me trae.

¿Cuál es tu filosofía como viticultora?

Es un proceso de aprendizaje continuo y mi padre Enrico es un gran maestro. Él me inspira y me estimula todo el tiempo. Creo que trabajar con Nebbiolo en Langhe impone cierto rigor. Exige vinificar de la manera más pura, sin interferencias prescindibles, para mostrar en los vinos la expresión más verdadera, los matices de la uva y la finura. El camino que debemos recorrer ya está marcado.

¿Qué estilo de vino te gusta beber cuando no estás trabajando?

Tengo curiosidad y me gusta probar diferentes vinos de diferentes regiones. Disfruto mucho Champagne y recientemente estoy aprendiendo sobre los vinos de la región del Loira.

Grazie mille, Elisa!!

Fotos (c) Paolo Scavino

Randall Grahm, un Rhône Ranger en California

Originalmente publicada en miamigoelvino.com el 20/07/2017.

Hoy publicamos un trabajo conjunto con nuestra compañera de vino Kimberly Zambrello.  Kimberly es una profesional del marketing con sede en Boston que escribe un blog de vinos llamado The Insatiable Vine (www.insatiablevine.com). Kimberly cree “que es vino es una bebida potente, rica en historia y en historias, un producto de la madre tierra, sensual y sofisticado, profundamente arraigado en nuestra cultura, y delicioso e inesperado”.  Para este proyecto decidimos hablar de una bodega especial y un enólogo especial. Elegimos hablar de Randall Grahm, el hombre detrás de Bonny Doom Vineyards en Santa Cruz MountainsCalifornia. Kimberly y yo decidimos hablar de la bodega, hablar sobre uno de sus vinos y hacerle algunas preguntas a Randall. Este es el resultado.

En los años siguientes a Woodstock y la Guerra de VietnamCalifornia, tal vez el estado más hippie en los EE.UU., vivía una revolución vinícola. En el año 1976 se celebró en Paris una cata a ciegas de vinos blancos y tintos seleccionados de Napa Valley que se enfrentaron a algunos de los vinos más famosos de Burdeos y Borgoña. Algunos de los vinos californianos fueron elegidos por encima de sus contrincantes franceses. Esta cata se conoció como The Judgement of Paris. Las bodegas locales estaban empezando a producir vinos excepcionales. En 1979 Randall Grahm se graduó de la Universidad de California en Davis con un título en Viticultura y comenzó a adquirir propiedades en las montañas de Santa Cruz, una de las mejores zonas para la viticultura de California, en una zona conocida como Bonny Doon que se convirtió en el nombre de su bodega. Su primer objetivo era producir el mejor Pinot Noir de América, pero enseguida lo cambió por la elaboración de vinos utilizando variedades del Rhône francés. Pronto sus vinos fueron ampliamente reconocidos y se convirtió en el campeón de este estilo de vinos y miembro de un grupo de productores de vino conocidos como los Rhône Rangers.

Bonny Doon fue concebido por Randall Grahm durante su primera época intentando reproducir el estilo Borgoña en la costa central de California. Este esfuerzo no tuvo éxito, pero cuando una puerta se cierra otra seguramente se abre, y con esta nueva puerta creó un movimiento, una revolución del vino.

Hoy en día Bonny Doon Vineyards ha logrado muchos éxitos y continúa reestructurando y remodelando la forma de hacer vino. Desde la introducción de tapones de rosca hasta el uso de las prácticas de biodinámica, aprovechando la fuerza del sol y de la luna para crear vinos que desbloquean secretos de vibración inalcanzable. Es apropiado que la etiqueta y el nombre de Vin Gris de Cigare se inspiren en una visita de extraterrestres en 1954.

La ciencia y el poder detrás de utilizar la biodinámica durante el proceso vinícola son aspectos más complicados como para definirlos con precisión en este artículo. Sin embargo, por hacer un pequeño resumen, esta práctica se esfuerza por crear un equilibrio de pureza e impureza entre el hombre y la tierra. Se trata de aprovechar el universo y alinear la época de crecimiento con el calendario astronómico y los impulsos rítmicos invisibles de la tierra. La tierra ya no se ve como un viñedo o una vid, sino como un ecosistema de vida, muerte, rotación y evolución, donde la planta, la tierra, el animal y el universo conspiran para vivir en perfecta armonía.

«Un cultivador biodinámico está vinculado a su viñedo de una manera mucho más íntima: se aprende a cultivar por medio de la intuición y el poder de la observación, para poder ver la granja con ojos frescos y sentir el gran poder de la naturaleza en la espalda, Más que como un adversario formidable”.

Para este artículo, Kimberly eligió hablar del Vin Gris de Cigare 2016.

Bonny Doon Vineyard captó mi atención el momento en el que vi por primera vez A Proper Claret. El diseño era llamativo y estimulante, el vino era fenomenal, pero su historia era verdaderamente cautivadora. He pasado semanas investigando y leyendo sobre su gran historia, las metodologías del enólogo y sus valores fundamentales que los diferencian de otros viñedos. A través de mi experiencia con Bonny Doon sólo he podido rozar con las yemas de mis dedos una parte de algo monumental. Bienvenidos a mi visita a Bonny Doon Vineyard.

Para mi viaje a Bonny Doon Vineyard elegí sumergirme en el «Vino Rosado de la Tierra», su Vin Gris De Cigare 2016.

El “Vino Rosado de la Tierra” es una mezcla única: 49% Garnacha, 19% Garnacha Blanca, 13% Mourvèdre, 12% Carignane, 4% Cinsault y 3% Roussanne, creado por el pionero de la industria Randall Grahm. Para entender la belleza y la complejidad del Vin Gris De Cigare 2016 debes profundizar en la mente de su creador y entender la historia y los principios básicos de Bonny Doon Vineyard. Sin su historia no se puede conocer plenamente los frutos de su tierra.

A primera vista, te atraerá el diseño de la botella por su tributo creativo hacia los OVNIs e invasiones alienígenas. El diseño, creado por el artista Chuck House, rinde homenaje a una historia de 1954 sobre Marius Dewilde que vio un aterrizaje de naves extraterrestres en forma de cigarro en su propiedad. Un evento que desencadenó tal alboroto en Châteauneuf-du-PapeFrancia, que el alcalde aprobó una ley para proteger sus viñedos. También notarás otra referencia: una cara alienígena te mira directamente a sus ojos desde el tapón de la botella.

Visualmente el vino tiene una presencia tranquila con un matiz rosado que brilla como la puesta del sol sobre el océano. El ambiente baila en la botella con tintes de melocotón y tonos anaranjados. La luz del sol brilla en la adoración mientras acuna la botella en sus brazos como un recién nacido. Dulces olores de aire puro y notas de sal me llevan en aventuras costeras. El más débil recuerdo del aire de la playa y de las conchas marinas provoca remolinos en mi nariz y pone una sonrisa en mi cara. Todo sentido provocado y vigorizado. Notas de sandía y cereza y veranos de la infancia me mantienen motivada para continuar mi viaje a través de este vino. Honestidad, integridad y perfección terrenal.

El vino sabe profunda y éticamente, el cuidado y la atención a la viña y las uvas llegan hasta su último sorbo. El vino está bien equilibrado y perfectamente redondeado. No hay sabores abrumadores y el paladar permanece satisfecho y equilibrado. Las pequeñas notas de cítricos golpean mis sentidos con pomelos frescos de la mañana. Sabores de ciruela y un poco de mermelada. Los sabores están perfectamente ensamblados entre sí. El vino es fluido y tranquilo. Es calmante y sensual. Una experiencia en sí mismo.

Para este artículo, Aitor eligió Le Volant Cigare Reserva 2009.

Hoy en día Randall produce una amplia variedad de vinos, pero tal vez uno de sus mejores ejemplos es Le Cigare Volant, un ensamblaje de varietales del Rhône utilizando las principales uvas de Châteauneuf-du-Pape: Garnacha, Monastrell, Syrah y Cinsault. Esta mezcla va en contra de la creencia de Randall de utilizar principalmente Syrah en un vino en lugar de Grenache o Mourvèdre. Recientemente hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una botella de Le Volant Cigare Réserve 2009, una cosecha que Randall considera “el Cigare más elegante y completo que hemos producido hasta la fecha; es literalmente un sueño, y me atrevo a decir, una extraña síntesis de las sensibilidades del sur de Ródano y Borgoña”. El vino pasa un corto período de crianza en toneles de roble y luego se mantiene durante 23 meses en Damajuanas de 20 litros sobre sus lías.

Cuando nos enfrentamos a la botella, una cosa llama nuestra atención: el tapón de rosca. Es una percepción incorrecta actual que los tapones de rosca se utilizan sólo en los vinos jóvenes, la mayoría de las veces en vinos blancos, que se elaboran para ser consumidos jóvenes. Los tapones de rosca, no obstante, permiten que los vinos vivan aproximadamente un 50% más que el mismo vino sellado con corcho. La maduración del vino es un poco diferente que el mismo vino en corcho. El vino en tapón de rosca es a menudo más cerrado o incluso reducido en su juventud, pero seguirá siendo mucho más fresco con el tiempo, en comparación con el mismo vino sellado con un corcho.

Sabíamos que el vino que teníamos delante de nosotros era especial. Era un 2009 y conocíamos la opinión de Randall sobre él. Todos nuestros sentidos estaban alerta. El vino nos cautivó del todo. Aromas suavemente perfumados, frutos negros, especialmente cereza negra, paladar sedoso y una estructura perfectamente equilibrada. Fue de hecho un gran vino que disfrutamos hasta las últimas gotas de la botella.

Algunas preguntas para Randall Grahm

El Ródano Sur es conocido por su Garnacha mientras que el Ródano Norte se conoce por su Syrah. ¿Cómo se puede equilibrar este vino con casi la misma proporción de cada variedad?

Hay que tener en cuenta que el 2009 fue una cosecha bastante singular para nosotros. En general, muy raramente utilizamos un porcentaje tan alto de Syrah en nuestro Cigare. Es generalmente Mourvèdre o Grenache las variedades que jugarán el papel principal. La razón de esto es que la Syrah es tan especiada que a menudo dominará aromáticamente una mezcla y el vino será más «Syrah» que «Cigare». Accidentalmente descubrí que si usamos un alto porcentaje de Cinsault en la mezcla podríamos domar en gran medida la agresividad de la Syrah. La Cinsault tiene un componente muy fuerte de benzaldehído, cereza silvestre si se quiere, y parece que aromáticamente domina el aspecto pimienta de la Syrah, dando el vino un verdadero sentido de la elegancia, casi recordando un estilo Borgoña.

¿Por qué tapón de rosca para un vino hecho para el envejecimiento?

Los vinos casi envejecen más lentamente (y predeciblemente) en tapón de rosca. Por supuesto depende del tipo de cápsula que se utiliza. Usamos la Saratin (que deja pasar muy poco oxígeno) para los vinos blancos y rosados, así como para Vins de Garde, es decir, vinos destinados a un envejecimiento prolongado. La maduración del vino en tapón de rosca es un poco diferente que el mismo vino sellado con corcho. El vino con tapón de rosca a menudo será un poco más lento en su juventud, pero mi estimación es que vivirá un 50% más que el mismo vino sellado con corcho. Creo que esto se debe al hecho de que hay menos permeación de oxígeno que con el corcho. Uno de los beneficios de la tapa roscada es que uno no está obligado a usar tanto SO2 para lograr el control microbiano.

¿Qué encuentras en el uso de damajuanas para envejecer tus vinos?

Hemos utilizado garrafas para el envejecimiento Le Cigare Volant, Le Blanc Cigare y el Vin Gris de Cigare, y en cada vino contribuye con algo diferente. Pero en general, nos gusta el aspecto de exclusión de oxígeno de las damajuanas – de nuevo, esto ayuda a cargar la batería del vino, si se quiere. También parece haber un mayor grado de polisacáridos a través de la autólisis de las levaduras. Esto parece contribuir en gran medida a un elemento textural mejorado en la longitud del vino y su suavidad. Por último, hay una cantidad de glutamato liberado por las lías que imparte un sabroso carácter umami. La crianza en damajuana nos da generalmente un resultado favorable: mayor complejidad, mejor integración y mejoramiento de la textura. La única pega, si se quiere, es que a veces los elementos aromáticos individuales del vino tienden a confundirse. Afortunadamente, esto no parece ser el caso con el Cigare 2009.

Has comentado que 2009 fue tu mejor añada para Le Cigare Volant. ¿Qué hubo tan especial ese año?

Francamente, no hubo nada realmente especial. Simplemente parece que clavado accidentalmente la mezcla.

Cuando mezclas diferentes variedades, ¿qué buscas que cada una de ellas aporte al vino, y cómo determinas el porcentaje correcto de cada una?

Mucho depende de la vendimia, y tal vez la diligencia del productor particular de quien hemos comprado la fruta. Pero como he mencionado, solemos intentar identificar la verdadera «estrella» de la vendimia, que suelen ser la Grenache o la Mourvèdre, y luego intentar construir el vino alrededor de esa estrella. En general, tenemos bastante éxito en la identificación de los lotes «A», es decir, los lotes que estamos absolutamente seguros serán incluidos en la mezcla, y luego pasar por un proceso doloroso e iterativo de probar porcentajes diferentes de los lotes secundarios para acercarse a la mezcla final. Al final, sólo estamos jugando, ajustando pequeños porcentajes para obtener precisamente el equilibrio que estamos buscando. Tratamos de acercarnos a la mezcla final lo más temprano posible en el proceso, pero no es raro que a veces hagamos algunos ajustes de última hora si el vino se ha movido en una dirección inesperada. Obviamente, es muy importante catar la mezcla una y otra vez para asegurarnos de que estamos contentos con ella. El gusto propio parece variar de un día a otro, he observado. Ten en cuenta que siempre tratamos de trabajar con las mismas variedades de uva, pero los porcentajes pueden variar enormemente de año a año. En un futuro próximo, cuando estemos trabajando exclusivamente con nuestras propias uvas para Cigare, estos porcentajes no variarán mucho.

Qué es más atractivo para ti en las variedades del Ródano en lugar de otras variedades más “americanas” como la Cabernet Sauvignon o la Zinfandel?

No puedo decir con precisión por qué las variedades del Ródano han demostrado ser las más atractivas para mí. No soy un gran fan de la Zinfandel, ya que generalmente tengo poca paciencia para vinos de alto contenido de alcohol. La Cabernet como uva tiene muy poco encanto para mí. Sobre todo porque siento que es un poco simple, pero también porque no creo que yo tenga mucho que aportar a la conversación mundial sobre Cabernet. En un mundo perfecto estaría haciendo vinos estilo Borgoña, pero esto me obligaría a vivir en Borgoña y no estoy seguro de cómo funcionaría. Con las variedades del Ródano (especialmente cuando se mezclan), creo que he podido lograr un mínimo de elegancia y complejidad, que es lo que busco en vinos serios. Todavía estoy un poco insatisfecho porque nosotros en el Nuevo Mundo todavía tenemos que encontrar nuestra propia voz, nuestro propio estilo distintivo que no esté derivado del Viejo Mundo. Tengo la esperanza de vivir el tiempo suficiente para ayudar a crear algunas nuevas variedades, que (quizás en combinación) nos permitirá encontrar biotipos individuales que son quizás más congruentes con nuestras condiciones únicas.

Foto cabecera (c) Alex Krause

Bárbara Palacios: «Me gusta que la fruta esté dentro de la botella y que perdure en el tiempo».

Originalmente publicada en miamigoelvino.com el 14/07/2017.

Recientemente hemos hablado sobre Barbarot, una bodega en Briones (Rioja), que elabora un vino homónimo a base de Tempranillo y un poquito de Merlot. Hoy hablamos con Bárbara Palacios, propietaria y enóloga de la bodega.

Buenos días, Bárbara, y muchas gracias por tu colaboración. Vienes de una larga tradición vinícola en la familia. Cuando descubriste que lo tuyo también era hacer vino?

Aunque no es idílico, empecé en esto del vino porque era lo que teníamos en casa. Mi padre incluso se enfadó un poco, ya que nunca le había prestado el interés que él intentaba inculcarme. Pero me fui a Burdeos, ahí me tocó vivir y sentir la magia del cultivo de la vid y ya no hubo vuelta atrás… me enamoré de este mundo.

Antes de establecerte en La Rioja, viajaste a Francia, California, Australia y Nueva Zelanda. Después, Chile y Argentina. Qué sacaste positivo de cada uno de estos países?

De cada país se aprende algo, pero sobre todo sirve para irte formando como técnico.

¡De Francia aprendí que el vino viene de la uva! Y que ésta debe ser la estrella de la película, sin una viña sana no podemos conseguir una uva de calidad. Así que se debe dar valor a lo que realmente lo tiene “el viñedo” y, luego, todo lo demás.

California y Australia, me dieron el empujón que necesitaba para lanzarme al mundo y ver que el vino tenía mucho que dar… y yo muchas cosas que aprender.

Italia y Nueva Zelanda, llegaba ya con cierta experiencia y me sirvieron para irme definiéndome y ver qué tipo de vinos me gustaban; como aplicar diferentes técnicas a los míos; descubrimiento de variedades como la Sangiovese o PinotNoir, variedades frágiles, y la necesidad de conocer una variedad para poder luego sacar el máximo de ellas.

Chile y Argentina, sobre todo la última, me afianzaron la oportunidad de trabajar en Pulenta Estate, donde era parte del equipo técnico y no una simple operaria. Esto permitió darme cuenta que era el momento de dar el salto y crear mi propia bodega.

De todas las variedades que has conocido en tus viajes, por qué te atrae más la variedad Merlot?

La verdad no es algo que me viene de los viajes, la variedad Merlot me la encontré en casa. Y he tenido la oportunidad de poder elaborarla en diferentes sitios. Creo que es la gran incomprendida. En el viñedo es un caos, y eso aunque me da más que un dolor de cabeza, al final el resultado es tan bueno que seguiré apostando por ella. En el extranjero: Francia es la cuna del Merlot, y he tenido oportunidad de trabajar con muy buenos Merlots. Pero en Argentina, como conocían mi pasión por la variedad, me dejaron elaborar parte de sus mejores parcelas, y lo disfruté; allá no tienen problemas de madurez… la fruta, la finura y elegancia del Merlot no la tienen en otras variedades.

Ahora de vuelta en casa, qué has puesto en práctica de lo que has visto fuera?

Sobre todo lo que he aplicado es en viticultura, la forma de cultivar el Merlot… Lo que he hecho es copiar el tipo de poda y conducción que se hace en Burdeos, el “guyot doble”. Requiere muchísimo más trabajo, pero creo que el resultado es muy positivo y la planta está más equilibrada.

En lo que respecta al vino, pues sí que realizo deléstages, bazuqueos y tengo destrezas que he adquirido a raíz de viajar y trabajar. Pero creo que debemos conocer cada variedad y adaptarnos a ella; no se puede marcar una receta general para todas los tipos de uva.

Qué tipo de viñedo tienes en Haro?

El viñedo está situado en Haro, a 480 metros de altitud sobre el nivel del mar; protegido por los Riscos de Bilibio y las estribaciones de la Sierra Cantabria. En la zona encontramos un clima suave, influenciado por los vientos de incidencia atlántica. Los suelos arcillo-calcáreos son pobres, de color amarillento, procedentes de las rocas calizas de las montañas que rodean la zona, ampliamente conocidos en la viticultura riojana como productores de la uva de gran calidad.

Podría dividir el viñedo en 4 o 5 partes. El Merlot fue plantado en 1990, el Tempranillo plantado en 1999, esas uvas van dirigidas al Barbarot; el 100% de la parcela de Tempranillo y una parte de la parcela de Merlot, dónde la roca madre es más superficial y las plantas más luchadoras, dan unas uvas que son un manjar. También hemos plantado recientemente Tempranillo, una parcela a unos 500 metros de la parcela principal… el páramo es conocido como Valtracones, parcela plantada con orientación este-oeste, en vaso ¡y promete mucho!

El año pasado se plantó una parcela que tuvimos que arrancar en 2010, ya que las plantas que teníamos no producían la calidad esperada. También hemos adaptado un trocito tierra que llevaba años sin trabajar; hicimos tres terrazas para aprovechar el terreno con una densidad de plantación muy alta.

De momento haces Barbarot. Tienes planes para elaborar un segundo vino?

Si, acabo de sacar al mercado Puppi de Barbarot, mi segundo vino. Con la plantación de estos nuevos viñedos, nos veíamos con la necesidad de sacarle partido. La vid necesita unos años para adaptarse al suelo y ella misma regularse. Y nosotros aprender cómo va a responder y cómo será la fruta que obtendremos. Por lo cual lo nombramos Puppi, nombre que hace alusión a “cachorro” queriendo incluir la imagen de Merlot, como un perro joven lleno fuerza que hay que domesticar. Es un vino mucho más fresco y divertido, mucha fruta en nariz sobre todo cerezas y frambuesas, una entrada potente y de larga persistencia. Un vino que ha estado en barrica durante seis meses; también con un pequeño porcentaje de Merlot, porque me gusta ese toque de frescura y elegancia que le da.

Qué parte de tu trabajo disfrutas más? El viñedo, la bodega…

La verdad es que los dos. El poder ver crecer la viña, cómo evoluciona aunque sea un trabajo muy duro. Cada año es totalmente diferente al anterior. Me encanta tener la impresión que cada vez que te enfrentas a un año, tienes que borrar todo lo que sabías, porque no depende de ti sino del tiempo. Tú puedes intuir cómo van a actuar tus plantas, pero la climatología es una cura de humildad. Cuando crees que todo lo tienes encauzado, de repente te puede cambiar en cuestión de minutos. Y eso, aunque suele dar quebraderos de cabeza, es muy bonito. Poder observar cómo la viña va respondiendo a lo que tú haces en ella. Cómo dice Miguel, mi persona de confianza en el campo, “LO QUE LE DAS, LA VIÑA TE LO DEVUELVE”

Y la bodega, tengo la suerte de que para mí es un auténtico juego. Después de todo el trabajo en el campo, te llegan los racimos y empieza la magia… Desde los muestreos ya vas imaginando cómo va a ser ese vino y te vas adaptando a lo que las uvas te están ofreciendo. Es imposible que un año sea igual al siguiente, así que hay que catar un montón e ir improvisando qué será lo mejor en cada momento.

Cómo te gusta que sea tu vino? Cuál es tu toque personal?

Yo creo que en los vinos hay que buscar el equilibrio. Trabajas durante todo un año para que la fruta esté a punto. A mí me gusta que la fruta esté dentro de la botella y que perdure en el tiempo. Mi toque personal, diría que es ese pequeño porcentaje de Merlot. Elaboro las variedades por separado, pero desde hace un par de años he descubierto que mezclarlas en el momento que van a meterse en barrica es algo que suma a su evolución: la acidez de la Merlot arma la estructura de la Tempranillo, así como la Tempranillo suaviza la potencia aguda de la Merlot. Se complementan y evolucionan mejor.

Qué tipo de crianza hace Barbarot?

Siempre me gusta usar barricas de segundo año, creo que la madera nueva se comería a mis vinos y tengo horror a los vinos donde el roble está muy marcado. Voy a repetirme, pero es importante que la fruta perdure en el tiempo y creo que si lo metiera en una barrica nueva lo perdería. Respecto al tiempo, el vino manda: en 2014 lo tuve 16 meses. En cambio, en 2015 fueron 13 meses… El vino se va catando y, por cata, se decide cuando está listo.

Estás integrada en el colectivo Rioja’n’Roll, junto a otras bodegas de Rioja: Alegre Valgañón, Sierra de Toloño, Laventura, Oliviere Riviere, Artuke y Exopto. Qué objetivos tenéis en este colectivo?

La verdad es que nos juntamos tras la necesidad de hacernos ver y enseñar que, en La Rioja, hay algo más que lo que todo el mundo conoce. Ahí nos dimos cuenta que hay muchas cosas que nos une, el respeto por la tierra y la vid como reza nuestro logo “In grapes we trust”… Más que un objetivo como tal, es una creencia: hay hacer entender que, en Rioja, hay cabida para todos. Aunque seamos pequeños, tenemos ganas de hacer las cosas bien y diferenciarnos.

Qué planes tienes para el futuro?

Planes para el futuro… pues por ahora sacar todo esto a flote, ir abriendo mercados y seguir aprendiendo de la viña. Espero poder sacar cosas nuevas, pero eso irá saliendo poco a poco… no tengo ningún proyecto a corto plazo.

Qué estilo de vino te gusta beber cuando no estás trabajando?

Qué tipo…? todos!! Depende donde esté, época en la que esté y con quien esté… Me encanta descubrir vinos de otras zonas y que me sorprendan, pero necesito a gente para compartirlos… sola no tiene la misma emoción. Creo que es la pregunta más difícil, porque no me puedo decidir por blanco, tinto o rosado,… Te puedo decir que en tintos, me gustan los vinos serios con acidez y potencia.

Muchas gracias, Bárbara!!

Foto (c) James Sturcke

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