Una visión personal de Simon Woolf sobre Joško Gravner

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Josko contemplating in the qvevri cellar, September 2016. Photo Simon Woolf.

Nuestra aventura sobre los Orange wines comenzó el año pasado con una copa del maravilloso Hirschkäffer 2014 de Andreas Tscheppe en la mano. Desde entonces hemos llevado a cabo un gran trabajo de investigación, estudio y, por supuesto, catas. Nos hemos convertido en amantes de este estilo de vino, sobre la fantástica gente que lo produce y los que de alguna manera participan en él. En nuestros primeros días descubrimos un sitio web que rápidamente se convirtió en nuestra principal fuente de conocimiento y referencia: The Morning Claret, dirigido por Simon Woolf, que es aún más apasionado de los vinos naranja. Simon es columnista de la revista Decanter y también actúa como jurado en diferentes concursos de vino por toda Europa. Él es una referencia para nosotros y podemos decir ahora que www.themorningclaret.com y www.orangewines.es se han convertido en los principales sitios web europeos sobre los vinos naranja, si se nos permite compararnos con él. En 2018 Simon lanzará su primer libro sobre la historia del vino de naranja, Amber Revolution.

Simon Woolf

Simon ha visitado recientemente a Joško Gravner, el padrino de los Orange wines en Friuli. Hoy presentamos con orgullo su opinión acerca de su visita. Damos la bienvenida a Simon Woolf, de The Morning Claret:

Observar la parte de detrás de una bodega es siempre esclarecedor. Las bodegas son lugares de trabajo – granja es otro de sus nombres -, pero muchas de ellas también son atracciones turísticas o, al menos, un flujo constante de visitantes: amantes del vino, periodistas y compradores de vino.

Hay bodegas donde la sala de cata está junto a la entrada principal del edificio, para que los visitantes no vean más de lo necesario el caos que hay más allá de sus puertas de madera pulida. Y luego están las bodegas como la de Joško Gravner en Friuli Collio.

Cada centímetro cuadrado de la propiedad de Gravner parece estar inmaculada, nada llamativo o exagerado, sino todo bien mantenido y completamente libre de desorden. Esto es también así si uno deja las zonas públicas y accede a la casa de la familia.

Hay una atención minuciosa aunque minimalista por todo, desde la arquitectura hasta el etiquetado y por supuesto los vinos. Gravner ha pasado las últimas dos décadas perfeccionando sus métodos ultra tradicionales. El funcionamiento da la sensación de calma, de una máquina bien engrasada. Pero no siempre fue todo tan sencillo.

Abandonando toda la tecnología moderna que había comprado durante los años 80, la primera cosecha comercial de Gravner de su ahora famoso estilo macerado con las pieles fue 1997. Estos vinos, con sus profundos matices ámbar/rojizo y cautivadores aromas otoñales y sabores complejos supusieron un shock para su público cuando se lanzaron al mercado a finales de los años noventa.

Gambero Rosso publicó un famoso artículo titulado «Josko Gravner se ha vuelto loco – por favor Joško, vuelve» – una referencia a lo altamente considerado que estaba este viticultor con sus vinos blancos criados en barrica en los años 1980 y 1990. El artículo afirmaba en numerosas ocasiones que los nuevos vinos de Gravner eran un desastre – defectuosos, oxidados, imbebibles.

El golpe de gracia? A Gambero Rosso no se les había enviado ninguna muestra de los vinos, y no los habían probado. Gravner admite que lloró a causa de este incidente. Y había algo peor por llegar. El artículo había sido publicado justo cuando la nueva añada se estaba enviando a sus clientes de toda Italia.

En parte debido a esta mala prensa, más de la mitad de los clientes de la bodega devolvió sus envíos sin siquiera haber probado los vinos.

Es difícil imaginar ahora cuán vehementemente el mundo del vino se volvió contra Gravner durante este período. Pero Joško, un hombre para quien la palabra «intransigente» pudo haber sido inventada, no se rindió.

No sólo mantuvo la nueva dirección para sus vinos, sino que había más por llegar. Gravner finalmente recibió el primer lote de qvevris georgianos (ánforas) en 2001, convirtiendo gradualmente toda su producción a qvevri en el año 2005.

En 2012, después de muchos años de planificación, Gravner arrancó el último de sus viñedos aún plantado con variedades internacionales. Ahora, la finca tiene sólo la Ribolla Gialla de la zona y la tinta noble Pignolo – además de unas pocas hileras de la uva georgiana Rkatsiteli («Es un homenaje a Georgia», dice Joško).

La incapacidad de Gravner para comprometerse le ha costado algunas amistades. La estrecha relación de trabajo con su vecino cercano Stanko Radikon (fallecido en 2016) se rompió alrededor de 1995, aunque los dos se habrían reunido por última vez sólo unas pocas semanas antes de fallecer Stanko.

Joško se niega a trabajar con otras seis bodegas de Oslavia que fundaron la asociación «Ribolla di Oslavia» para promocionar su uva local ya que, en su opinión, no tiene sentido seguir plantando variedades internacionales si reconocen que la Ribolla Gialla es la mejor de todas.

Una asociación de 20 años de trabajo con los consultores de poda superestrellas Marco Simonet y Pierpaolo Sirch también ha finalizado. El último proyecto de Gravner implica nuevas plantaciones de sus propios portainjertos estadounidenses junto a las vides Ribolla Gialla no injertadas. Las dos se unirán en un par de años. «Todo comienza en las raíces», dice «y en última instancia la poda no puede ayudarte si las raíces no son buenas».

Gravner tiene 65 años, pero espera perfeccionar su oficio durante muchos años más. Cada vez tiene más ayuda en la bodega y en los viñedos por parte de su hija menor Jana, mientras que su hija mayor Mateja es el motor de ventas, marketing y comunicación de la bodega – y la cara pública. Las fotos del hijo de Gravner Miha, que murió trágicamente en un accidente de moto en 2009, abundan en la casa y en la bodega.

«He hecho un trato especial», sonríe, mirando hacia el cielo, cuando le pregunto lo que el futuro le depara, «Voy a vivir hasta que tenga 100 años». Sin embargo, agrega ligeramente sombrío «pero sólo en caso de que el trato no funcione, también he reservado un espacio en el cementerio».

El próximo libro de Simon Woolf, Amber Revolution, cuenta la historia completa del viaje de Gravner y mucho más sobre el vino naranja en Friuli, Eslovenia, Georgia y otros países. Puede ser pre-comprado ahora en kickstarter.

Fotos (c) de Simon Woolf

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